Por A.A.A.
Fuxi, Fu-Hi o Paoxi, es el primero de los mitológicos “Tres Augustos y cinco Emperadores” de la antigua China.
Según la tradición china descubrió los ocho Trigramas, o Pa-Kua que suponen la base del I Ching y que le fueron revelados de manera sobrenatural al verlos escritos sobre el lomo de un animal mitológico, descrito como un dragón-caballo, que salió del rio. Este dibujo es conocido como el Diagrama del Río Amarillo ( 河圖; Hétù) y se tiene también como el origen de la caligrafía china.
El siguiente párrafo, en el que se describe la importancia de Fu-Hi, pertenece al Báihǔ tōngyì, escrito por Ban Gu a comienzos de la Dinastía Han (200 a.C. ):
“En el principio no existían ni la moral, ni el orden social. Los hombres sólo conocían a sus madres, no a sus padres. Cuando estaban hambrientos, buscaban comida; cuando estaban satisfechos, tiraban los restos. Devoraban los animales con la piel y el pelo, bebían su sangre y se vestían con pieles y juncos. Entonces llegó Fu-Hi y miró hacia arriba y contempló lo que había en los cielos, miró hacia abajo y contempló lo que ocurría en la Tierra. Unió al hombre con la mujer, reguló los cinco cambios y estableció las leyes de la humanidad. Concibió los ocho trigramas para conseguir el dominio sobre el mundo”.
Fu-Hi además enseñó a sus súbditos a cocinar, a pescar con redes, a cazar con armas metálicas. Institucionalizó el matrimonio y ofreció los primeros sacrificios. Una lápida de piedra del año 160 de nuestra era le muestra con Niu Kua, su hermana y/o esposa. También se le atribuye la invención, junto a Shennong y a Huang Di, del guqin, un instrumento chino de cuerda.
De acuerdo con la tradición popular china, después de que el Cielo fue creado y la Tierra se solidificó, Niu Kua comenzó a modelar a los hombres con tierra amarilla. Pero el trabajo era muy duro para sus fuerzas, por lo que cambió la tierra por barro. Así los hombres puros fueron hechos con tierra amarilla y los otros con barro.
Podríamos señalar la época aproximada de la encarnación de Lucifer como el Emperador Fu-Hi, en una fecha cercana al inicio de la tercera época post atlante (Egipcio-Caldea) que comienza en el año 2897 a. C, bajo el signo de Tauro, cuando el ser humano comienza el desarrollo de su cuerpo astral (anímico).
Niu Kua fue llamada en ocasiones la Santa Madre del Cielo; si bien no es la creadora de todo el Universo, al menos se la puede considerar como la madre de la Humanidad. Muy pronto se la asoció con Fu-Hi, el “Emperador Celeste” que reinó entre los hombres desde que éstos se extendieron sobre la Tierra. De modo que Niu Kua/Fu-Hi forman la pareja primigenia de la mitología china.
Fu-Hi tuvo como sucesor a Sheng Nung, el “Emperador Terrestre”; luego llegó Huang Ti, el “Emperador Amarillo”. Estos emperadores vivieron en el tercer milenio, probablemente entre 2800 y 2700 a.C. Como muchos de los dioses del panteón chino, se trataba sin duda de personajes históricos que existieron y fueron divinizados como los tres héroes civilizadores de la China antigua: se los llamó Los Tres Augustos.
Su sucesor, Shen Nung (entre 2700 y 2600 a.C.), fue llamado el “Príncipe de los cereales o Divino Granjero”, simboliza la edad de la agricultura, pero además se le atribuye la invención de la carreta, la organización de los mercados y del comercio y la composición de la farmacopea utilizada desde siempre.
Se cuenta, que el emperador Shen Nung tenía ocho pies y siete pulgadas de alto (2,61 m), con cuerpo humano y cabeza de toro. Dicen que nació de una unión sobrenatural entre un dragón y una mujer de la nobleza que, avergonzada, abandonó a su hijo en la ladera de una montaña escondida. El pequeño creció sano y fuerte protegido y alimentado por las bestias salvajes durante los primeros años de su vida. Pero un día su madre se enteró dónde estaba y, muy arrepentida, fue a buscarlo para traerlo de vuelta a casa.
Una vez de vuelta Shen Nung, antes y durante su gobierno, descubrió en sólo sesenta días todas las plantas venenosas y sus antídotos. Al poco tiempo pudo observar la digestión de cada hierba, a través de un cristal que puso en su estómago, y pudo componer una farmacopea que se usa hasta el día de hoy. El té se supone que es antídoto de al menos 60 hierbas venenosas.
Los chinos decían que Shen Nung también fue el inventor del arado y de un sistema de trueque, y los campesinos lo adoraron durante años como el “Príncipe de los cereales”. Finalmente, cuentan que a la edad de ciento sesenta y ocho años el Emperador Terrestre se reunió con los inmortales.
Le sucedió en el reinado su hermano Huang Ti, ( entre 2600 y 2500 a. C.) Se cuenta que su madre quedó embarazada por un rayo caído del cielo nocturno y que tras veinte años de embarazo nació Huang Ti, que hablaba desde su nacimiento.
Correspondió a la edad de oro de China. En esa época se desarrollaron el arte, las artesanías, la arquitectura y fueron establecidas las instituciones económicas y culturales del Imperio. Según otra leyenda, su mujer, Luo Zu o Leitzu , enseñó a los chinos cómo tejer la seda de los gusanos.
FU-HI
En cuanto a Fu-Hi, las crónicas chinas (en especial Seu-ma T’sien en sus memorias históricas) relatan que fue traído al mundo en un pantano frecuentado por dragones. Tanto Fu-Hi como su mujer, Niu Kua, tenían cuerpo de dragón y se los representa siempre enlazados en el extremo inferior del cuerpo, formando un nudo, puesto que son quienes instituyeron el matrimonio. Fu-Hi inventó también la cuerda de nudos y enseñó a su pueblo a pescar con anzuelo, cazar con el arco y domesticar animales. Su mujer tenía como atributo un compás y él una escuadra, que conforma el cuadrado, símbolo de la Tierra.
En la cultura oriental se representa a Fu-Hi y Niu-Kua, frecuentemente juntos y unidos por sus colas de serpiente (correspondiendo exactamente a las dos serpientes del caduceo) él colocado a la izquierda y ella situada a la derecha, mostrando Fu-Hi una escuadra, símbolo de la Tierra que sostiene en su mano izquierda y Niu-Kua un compás, signo del Cielo, en su derecha; un intercambio que, en semejante caso con gran propiedad puede calificarse de ‘hierogámico’; no se ve cómo, sin un intercambio tal, podría el compás pertenecer a Niu-Kua, tanto más que las acciones que se le atribuyen la representan sobre todo ejerciendo la función de asegurar la estabilidad del mundo, función referente al lado ‘substancial’ de la manifestación en el que la estabilidad se expresa en el simbolismo geométrico por la forma cúbica.
Por otro lado, no obstante, a Fu-Hi le corresponde la escuadra en cuanto a “Señor de la Tierra”, instrumento del que se sirve para medirla, es decir, para conocer sus dimensiones, sus límites y también la ley que los define.
Primer “sabio civilizador”, Fu-Hi gobernó primero por medio de la adivinación que sistematizó con las varas de aquilea. Al perfeccionar luego este sistema, descubrió los ocho trigramas, imágenes de los elementos primordiales de la naturaleza, que han permanecido como símbolos fundamentales del pensamiento chino. Estos ocho trigramas devinieron la piedra angular de los hexagramas, cuyo conjunto constituye la enseñanza del I CHING.
Pero según “Historia General de China” ó Tung-Kien-Kang-Muh, fija el principio del Imperio en tiempos semi históricos el reinado de “Fu-hi” del que se puede destacar lo siguiente:
Creó los Ministros de Estados.
Instituyó la organización del gobierno y la administración
Instituyó el matrimonio
Organizó de manera general la sociedad china
El I Ching, llamado El Libro de las Mutaciones es profundo, misterioso y certero. Su origen mítico nos habla de revelación y la sabiduría que vehicula en sus símbolos constituye la esencia misma de la tradición extremo oriental. Tres son las fuentes reconocidas de las versiones actuales del libro I Ching.
El texto original del mítico Fu-Hi (anterior al 2600 a. C.)
Las del rey Wen y su hijo el duque de Zhou (hacia el 1100 a. C.)
Las de Confucio (Maestro Kong o K’ung-Fu-Tzu) y sus discípulos (500 a. C.)
Seguidamente veremos lo que nos dice Rudolf Steiner respecto a ese mítico Fu-Hi. (1)
“Nos equivocamos si pensamos que las personas que vivían en la Tierra alrededor del quinto, sexto y séptimo milenio antes de Cristo, era similares a nuestra existencia actual. Ciertamente quienes vivían en aquellos antiguos tiempos tenían una especie de vida instintiva del alma, más parecida en ciertos aspectos a la vida del alma de los animales que a la de los humanos actuales. Sería muy unilateral decir que la vida humana en aquellos tiempos era semejante a la de los animales. En lo que se refiere al alma, el ser humano que se movía entonces sobre la Tierra, era muy parecida a los animales (2); pero esos cuerpos humano-animales fueron utilizados por seres anímico-espirituales que se sentían miembros de los mundos suprasensibles de los cuales provenían. Podríamos decir que esos seres hacían uso de los cuerpos animales como instrumentos, en vez de sentirse como contenidas dentro de esos cuerpos.(3)
Para caracterizar la vida de estas personas, habría que decir que cuando estaban despiertas se movían con una especie de vida instintiva anímica, como los actuales animales. Pero en esa vida instintiva brillaba algo similar a sueños despiertos, desde su estado dormido. Y en esos sueños en vigilia ellos percibían que habían descendido para usar cuerpos animales sólo como instrumentos. Esta imagen interna se caracterizó y expresó posteriormente como rito religioso en el culto a Mitra, con el símbolo principal del dios Mitra cabalgando sobre un toro, teniendo por encima de él al cielo estrellado, al que pertenecía, y por debajo la Tierra a la que pertenece el toro.(4)
1 Según datos de su libro “La encarnación de Ahrimán”. GA 193 . Berna. 4/11/1919.
2 Se refiere a que la vida del alma humana era grupal, todavía no individualizada.
3 Para hacernos una idea aproximada, como en la película “Avatar”, pero sin mediación de máquinas.
4 De semejante manera los egipcios tenían la esfinge con cabeza humana y cuerpo animal y los babilonios el toro con cabeza humana.
Esto no era un símbolo para estos antiguos pueblos, era una visión de la realidad. Les hacía decirse a sí mismos: cuando por la noche estoy fuera de mi cuerpo pertenezco a las fuerzas del Cosmos, de los cielos estrellados; más cuando despierto por la mañana me sirvo de instintos animales en un cuerpo animal.
Pero en esos tiempos la evolución humana pasa por una especie de letargo (hablando en sentido figurado). Los sueños cósmicos comienzan un retroceso, un replegarse y los instintos toman la delantera (5). Desde el cuarto milenio antes de Cristo hasta comienzos del tercero, la humanidad que no estaba bajo la influencia de la sabiduría de algún Centro de Misterios, vivía una existencia impregnada por una conciencia más o menos crepuscular. La vida hasta el tercer milenio era tenue e instintiva en Asia y el mundo entonces conocido. Pero allí estaban los Centros de Misterios, a través de ellos, mediante poderosos ritos y ceremonias, se estaba en relación con los mundos espirituales. Fue desde esos centros de donde recibieron iluminación los seres humanos.
A comienzos del tercer milenio(6) tuvo lugar un acontecimiento trascendental. La causa de la vida tenue e instintiva humana, puede explicarse diciendo que la gente de esa época no podía hacer uso de los órganos humanos del intelecto, del razonamiento. Estos órganos estaban formados ya en su constitución física, pero el ser formado por espíritu y alma no había podido tomar posesión de ellos todavía. Por tanto los seres humanos no podían adquirir conocimientos mediante su propio pensamiento, a través de su propio discernimiento intelectual. Dependían de lo que era impartido en los centros de Misterios. Entonces, a comienzos del tercer milenio, en el este asiático tuvo lugar un acontecimiento trascendental para la humanidad.
A un niño de una distinguida familia asiática (china) de la época le fue permitido crecer en los recintos donde se oficiaban las ceremonias en los Centros de Misterios. Le fue autorizado tomar parte en las ceremonias, seguramente porque los sacerdotes que llevaban a cabo los ritos, recibieron la inspiración que lo permitía(7). Cuando el ser encarnado en aquel niño había alcanzado la edad de alrededor de 40 años, algo notable sucedió. Ese hombre al que se la había permitido crecer desde temprana edad en los recintos de uno de los centros de misterios del este de Asia, comenzó de repente, a captar en sí mismo mediante la facultad del intelecto humano, lo que en dichos centros se había estado conociendo únicamente por revelación (desde el mundo espiritual). Él fue el primero en hacer uso de los órganos del intelecto humano, aunque todavía en asociación con los Misterios. (8)En este hombre se encarnó un elevado ser espiritual: Lucifer. A partir de esa encarnación de Lucifer en la carne de un ser humano, se convirtió en maestro de su pueblo primero y de la humanidad después. Toda la cultura pagana pre cristiana procede de sus enseñanzas y su influencia dura hasta la Gnosis del siglo IV d. C.
Sería un gran error juzgar despectivamente esta cultura luciférica, pues toda la belleza producida por la civilización griega, incluso la agudeza y penetración de su antigua filosofía, habría sido imposible sin la encarnación de Lucifer. Su influencia era aún poderosa en el sur de Europa, norte de África y Asia Menor durante los primeros siglos de la cristiandad. Debido a eso pudo entenderse el Misterio del Gólgota cuando tuvo lugar sobre la Tierra, debido a la influencia que se mantenía aun en la Gnosis”.
5 Comparar con lo que dicen las ancestrales fuentes chinas al respecto: “En el principio no existían ni la moral, ni el orden social. Los hombres sólo conocían a sus madres, no a sus padres. Cuando estaban hambrientos, buscaban comida; cuando estaban satisfechos, tiraban los restos. Devoraban los animales con la piel y el pelo, bebían su sangre y se vestían con pieles y juncos”.
6 Coincide con la fecha que se le otorga a Fu-Hi, alrededor del año 2.900 a.C.
7 Solo les estaba permitido asistir a personas adultas y con años de entrenamiento previo.
8 El primer ser humano que utiliza el pensar sin mediación de las Escuelas de Misterios fue Abraham.
EL ÁNGEL CAÍDO
Como muestra de la confusión y la mala interpretación del mito de Lucifer, adjuntamos datos de la realización en España de una escultura sobre Lucifer y la interpretación que se le dio.
Se mencionan unos versos de El paraíso perdido, de John Milton, como origen de la inspiración de la escultura, sacados de la tercera y cuarta estrofas del Canto I:
“Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado”.
Realizada en bronce en el año 1878 por Ricardo Bellver, se envió a la Exposición Universal de París. Al finalizar la exposición, la escultura se cedió al Ayuntamiento de Madrid para su instalación en un lugar público de la capital. El sitio elegido fue un espacio en los jardines del parque del Retiro, en una glorieta. Anteriormente se había levantado allí una ermita.
En 1880, Francisco Jareño, arquitecto del Ministerio de Fomento, recibió el encargo de diseñar un pedestal sobre el que se apoyaría la obra. Se ejecutó en bronce. El conjunto fue inaugurado en 1885.
La Glorieta del Ángel Caído se encuentra a una altitud topográfica oficial de “666” metros sobre el nivel del mar. Esta coincidencia con el llamado Número de la Bestia, unida a la existencia de una creencia popular moderna según la cual el monumento es una suerte de “homenaje” a Lucifer, ha despertado la imaginación de muchos aficionados al esoterismo.